Guía para hacer un mapeo
- Ana Mata
- Oct 1, 2017
- 4 min read
[Este texto se desarrolló como parte del proyecto sobre Estudios de Público en Museos Nacionales coordinado por Diana Chanquía. El proyecto fue producto de la colaboración entre la Dirección Nacional de Museos y la Dirección Nacional de Investigación Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación Argentina durante el año 2016]

Sobre esta guía
La experiencia de mapeo con representantes de museos nacionales ubicados en el Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, hace que sea significativo compartir una guía práctica para que cualquiera pueda acercarse a esta metodología.
¿A quién está dirigida?
La guía está pensada para todas aquellas personas que quieran hacer un mapeo que ayude a llevar a cabo investigaciones e iniciativas tanto sociales, como pedagógicas y artísticas.
¿Qué es un mapeo?
El mapeo es una herramienta flexible que tiene por objetivo generar conocimiento de manera colectiva y colaborativa sobre un territorio. Al mapeo le interesa mucho la diferencia entre dos palabras que cotidianamente utilizamos como sinónimos: espacio y territorio. Conceptualmente, el espacio es el lugar físico, mientas que el territorio es el espacio construido socialmente.
En otras palabras, a los mapas convencionales les interesan los lugares físicos: marcan calles, plazas, monumentos. El mapeo usa el mapa de otra manera; puede marcar todo lo que se marca en un mapa común pero lo que en verdad le interesa son las personas, las interacciones, las tensiones, los conflictos; todo lo que tenga que ver con una construcción social.
Entonces, lo interesante de hacer un mapeo es que al recorrer se puede transformar un espacio en territorio: al espacio se le imprime un interés, la intención de conocerlo, habitarlo y apropiarlo, son las claves que lo convierten en territorio.
¿Qué materiales necesito?
-Mapa de la zona a mapear (ya sea en una imagen o dibujado por los mismos participantes)
-Fibrones de colores
*A esta lista puedes sumar todos los recursos gráficos que hagan falta: distintos tipos de mapa, iconos, monografías, fotos, textos, recortes de noticias, por ejemplo
¿Cómo se hace un mapeo?
Al ser una técnica de creación colectiva y colaborativa de conocimiento, el mapeo no sería posible si no hay un encuentro entre las personas que mapean.
Sobre el encuentro
El encuentro, o los encuentros, deben poder organizarse de acuerdo a las necesidades del mapeo a realizar. La cantidad de encuentros y lo que puede hacerse durante los encuentros también varía según el proyecto. De entrada, se sugiere organizar un encuentro donde se pueda realizar una primera experiencia de utilización del mapa como medio para reflexionar y después se pueden ir adecuando los encuentros. Se puede salir a entrevistar, se puede realizar un taller, se puede organizar un recorrido por la zona, por ejemplo.
Sobre el espacio
Como el mapeo es una herramienta flexible no hace falta más que encontrar un espacio de encuentro que les quede cómodo a los participantes. No hay que olvidar tener en cuenta que el mapeo se trata de un encuentro horizontal entre personas, con lo que será mejor poder contar con un espacio que permita trabajar sobre una superficie horizontal amplia: una mesa o el suelo, por ejemplo.
Sobre los interesados
Los interesados en el mapeo tienen que compartir una sola característica: conocer directamente el territorio a mapear. Por ello, es importante realizar una convocatoria para captar a los interesados en la actividad.
Dinámicas grupales para empezar a trabajar
El mapeo es una actividad que se compone de un grupo de personas. Por ello, es importante que al inicio del encuentro se de lugar a la presentación de los participantes para ayudar a generar un ambiente de trabajo fluido y de confianza.
La estructura de los encuentros de mapeo son variados. Sin embargo, se propone comenzar dividiendo al grupo en grupos más pequeños para trabajar sobre un primer mapa. Lo que seguiría sería socializar las producciones de cada uno de los grupos y poner en común en un mapa colectivo. Esta misma dinámica se puede empezar haciendo mapas individuales si el grupo es pequeño.
Ideas para empezar un mapa
Intentar empezar de lo más sencillo a lo más complejo: de lo más evidente a lo más abstracto
Por tiempo (pasado, presente futuro)
Por capa, de lo más simple a lo más complejo: la capa natural (plantas, ríos, bosques, montañas, por ejemplo), la capa de infraestructura (escuelas, barrios, museos, plazas, por ejemplo) y la capa social (personas que habitan los distintos espacios, comunidades originales, comunidades de otras índoles, por ejemplo)
Discutir de qué se va a tratar el mapa, cuál es la historia central que quieren contar con base en la problemática que se quiere investigar. Algunos ejemplos pueden ser: conocer la cantidad de escuelas en una zona y el estado de éstas, investigar sobre los oficios que siguen presentes en la zona, descubrir el patrimonio natural de un barrio.
Proponer cómo representar los distintos elementos (distintos colores, materiales, texturas, trazos, dimensiones)
Tomar notas
Llevar un registro de los temas abordados durante las sesiones de mapeo ayuda a recordar el recorrido realizado durante la sesión que no necesariamente se ven fácilmente reflejadas en el mapa.
¿Qué hacer con el conocimiento generado?
El mapeo es una de las técnicas comprendidas dentro de la investigación-acción participativa. En ese sentido, es importante recalcar que el mapeo suele llevarse a cabo para que el conocimiento se utilice para plantear acciones concretas sobre el territorio mapeado. Por ello, lo ideal sería que la información que se genere durante los encuentros sea dirigida a pensar y planear acciones posibles para responder a lo que se descubrió.
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